
(...) Bennett retrata esa experiencia lectora con un amable tono de comedia, en ocasiones como inteligente sátira. Aprovecha para poner en boca de sus personajes opiniones sobre clásicos y contemporáneos. No es difícil moverse del sillón al leer rápidas e incisivas valoraciones de Proust, pero también de Nancy Mitford o Henry James. Los diálogos, de antología, como la reflexión del estirado secretario real al conocer la nueva afición de su jefa: "Leer es retraerse. No estar disponible. Sería más fácil de asimilar si fuera un actividad... menos egoísta".
Una protagonista creíble, bien contruida, que no cuesta imaginar tomando el té o hablando en plural mayestático. Giros inesperados y un final brillante. ¿Qué más se puede pedir? Quizá una novela más voluminosa, pues a pesar de la profundidad creativa, su brevedad deja un suave poso, una impresión de divertimento que nos hace echar de menos más páginas".
Andrés Merino, Revista de Arte Logopress, 19/05/2008
Bibliotecas con Una lectora nada común
Arrasateko Udal Biblioteca
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